Así que quiero empezar compartiendo uno de mis ensayos, para que debatamos sobre él, y espero también leer algunos de los de ustedes y así retroalimentar nuestros conocimientos. Que lo disfruten o lo disgusten.
EL
ESTUDIO DE LAS HUMANIDADES: UNA NECESARIA PREPARACIÓN PARA LA EDUCACIÓN
CONTEMPORÁNEA
Autora: Ángela Rocío Parra Moreno
Autora: Ángela Rocío Parra Moreno
Las
humanidades son todas aquellas ciencias que estudian el conocimiento humano y su cultura, hubiese
sido prudente consultar esto al iniciar la licenciatura en humanidades y lengua
castellana, la verdad tan solo se tarda unos segundos buscar esto en google, o
hacer el ejercicio, casi anulado de nuestra rutina, de tomar un diccionario,
nunca me lo había cuestionado hasta que una compañera me lo preguntó, y en el
afán estatutario de responder abordé algo muy simple, algo como historia y filosofía, y en seguida el yo complementó en
silencio, ósea que somos más que los
encargados de enseñar ortografía y que el punto es una pausa larga y la coma
una pausa corta.
Es
entonces preciso abordar algunas de estas disciplinas tan relevantes para nuestra profesión, arte, historia, filosofía,
ética, una con la otra guardan una estrecha relación, y una suerte de
complicidad, son manifestaciones o construcciones que el hombre ha creado a
través de su historia. Por este motivo, reconocerlas es mezclarlas como cuando
se hace una receta, son ingredientes de un plato extraño, pero delicioso que
confluye con la exquisitez del arte, el agridulce de la historia, la pimienta
del pensamiento y el implícito sabor
natural de la ética, pero ¿Qué implicaciones tiene en la formación docente el
conocimiento de las ciencias humanas?
El
hombre de hoy, es el resultado de su historia, el carácter de la existencia humana y de la realidad en general
constituye la base de cualquier filosofía y el punto de partida radical para la
generación de sus manifestaciones.
(Marquinez, Germán. Filosofía latinoamericana. Ed. El Búho. Pg. 10), de ésta
forma las ciencias humanas establecen paradigmas de sociedades que evidencian
al hombre inmerso en una época y una cultura. He allí la necesidad apremiante
de conocerlas, sobre todo cuando se ésta preparando para ser un docente que
constantemente reconocerá los clichés de la sociedad contemporánea en su
ejercicio educativo.
El arte
por ejemplo, siendo la mayor manifestación humana guarda en sí misma una suerte
de relatos que evidencian los derroteros del hombre, su pensamiento, su
cultura, sus comportamientos, y sus creencias, como lo afirmó Hegel en su obra Introducción a la estética: “el arte, tal y
como es en nuestros días, está destinado a ser un objeto de pensamientos”,
Pues en sí mismo permite un viaje al
pasado, he incluso a las más inhóspitas abstracciones humanas como ocurre con
el surrealismo.
Desde
Grecia y Roma, descubrimos como el arte desde siempre ha estado tácitamente relacionado
con la historia social, como se evidencia en la obra de Hauser, El arte y la literatura, a partir del Paleolítico,
y hasta el cine moderno, el arte de Picasso y Dalí, es considerado como el
florecimiento siempre imprevisible, pero condicionado por el ambiente y por una
complicada combinación de premisas económicas y sociales. (Hauser, Historia
social de la literatura y el arte. Ed. Alfaguara. Pg. 10)
Pero,
este antecedente no sería completo si como muchos autores observáramos el
desarrollo de las artes y por ende del pensamiento desde una perspectiva eurocentrista, ya que se hace preciso
conjugar a esta “la América antes de Colon”, que por supuesto, aunque de
diferente forma, también presentó diversos avances filosóficos (mitos, leyendas
y rituales) y artísticos (oralidad, teatro y épica). Y ante este reconocimiento
lograr evidenciar la ideología del hombre hispanoamericano como un habitante de
una sociedad postmoderna que conjuga en su ser una hibridez histórica, que desde Cruz Kronfly se devela como una
ontología valida del pensamiento latinoamericano.
Teniendo
estas características nos es posible hablar de una filosofía regional, que
permite crear una identidad a partir del reconocimiento pluricultural propio de
la raza cósmica*[i]
que poseemos, y entendernos dentro de un mundo contemporáneo que ha modificado
sus particulares, haciendo que el hombre desde su libertad asuma un cambio de
perspectiva que lo categoriza como un sujeto interventor de su destino.
Esta
premisa se convierte entonces en uno de los rumbos más importantes para el
estudio de las humanidades en la actualidad, ya que entendiendo al individuo
desde sus abstracciones e interacciones con el mundo, es posible llegar a entablar un ejercicio
dialógico entre él y su realidad, que al mismo tiempo conlleve a la develación
del por qué y el para qué de sus manifestaciones, que a su vez van construyendo
realidades.
En este
sentido, la inquietud del hombre por hombre toma un nuevo rumbo que se modifica
con los paradigmas de pensamiento, obligándonos también a reformular las
prácticas educativas, para no caer en el sinsentido conceptual característico
de la educación tradicional, que de una manera u otra a influido en la
desintegrada sociedad que cae sobre nuestros hombros. Ya que La educación desde la cultura debe ocupar un
espacio, desde el que pueda suministrar objetivos y mapas de nuevos destinos,
además de alimentar la pasión por la creatividad y la construcción de su propia
individualidad, que trastorne así mismo a la sociedad actual en la que vive el
estudiante.". (Lipovetsky).
Por
esta razón, se hace necesario olvidar los prejuicios que ha impuesto la
modernidad y que se escandalizan ante las transformaciones de pensamiento, que
no son más que el ejercicio cíclico de la historia humana, que retornan a la
libertad, al conocimiento y al hedonismo, caracteres propios de las sociedades
clásicas, unos de los focos del
desarrollo ideológico y científico que han incidido significativamente en la
persona contemporánea.
Es por este motivo, que se hace necesario ahondar en los
diversos problemas que ocasiona el fenómeno postmoderno en la escuela, ya que
esta última se presenta distanciada y apática ante los cambios de pensamiento
humano, y en ocasiones pretende mantener una imagen autoritaria y retrograda
ante los avances pedagógicos que acarrea consigo la evolución del sujeto y sus
ideologías.
Nos encontramos frente a una escuela que evidentemente es
un “cruce de culturas”[ii],
en la cual se encuentran múltiples manifestaciones ideológicas que dan fe del
encuentro ideológico que demarca la condición del ser postmoderno, que redunda
en el proceso de personalización[iii] como
búsqueda incansable de su identidad.
Con esto, se hace preciso comprender, que en el ejercicio docente
el conocimiento de las humanidades no es un infortunio conceptual, sino que
requiere de una analogía realista, que permita comprendernos dentro de un nuevo
paradigma social y así reconozcamos en el estudiante un sujeto ansioso de
validar su espacio dentro de una
sociedad donde todo vale (Heller, Agnes.
Los movimientos culturales como vehículo de cambio. Pg. 130).
Es entonces, donde el maestro juega un papel determinante en la necesidad apremiante de lograr
que los alumnos reconozcan su propia ética «No
tiremos al niño con el agua del baño: las perversiones de la razón prometeica
no condenan su esencia. Si la razón moral amarra el cabo, sólo la razón
instruida puede acercarnos a puerto» (G. Lipovetsky: El crepúsculo del
deber, Ed. Anagrama, Barcelona, 1994, p. 19).
De este modo, llegamos al
punto determinante donde el trascurso cíclico del hombre vuelve su mirada a sí
mismo, Esta nueva pluralidad de modos de vida aspiraciones y personalidades
conlleva a una perspectiva comparativa e
histórica, que designa la línea
directriz, el sentido de lo nuevo, el tipo de organización y control social.
(Lipovetsky pg. 6), es decir a la validez de la individualización como
libertad, y al rompimiento moralista de la modernidad, para sugerir entonces la
evaluación de los actos desde la ética.
En este sentido, es la
inteligencia la que permite regular los afanes hedonistas del hombre contemporáneo
dando prioridad al sujeto como incidente directo de su destino,
permitiéndole vivir en la sociedad como
un ser partícipe y no una inerte marioneta de deidades absolutas, la ética es
entonces crear, es sacudir la inercia,
mantener a pulso la libertad, nadar contra corriente, cuidar el estilo, decir
una palabra amable, defender un derecho, inventar un chiste, hacer un regalo,
reírse de uno mismo y tomarse muy en serio las cosas serias.(La inteligencia y
el deseo. Pg. 16).
Es el hombre entonces, la
suma de las cargas progresivas con las que ha acarreado la especie, uno tras
otro, cada cambio ha sido significativo, relevante e incluso evolutivo, por lo
tanto entendernos no es tarea sencilla ni simplista, es más bien de retos y de
unir retales, una confluencia de nosotros mismos con el mundo que hemos creado
y una labor sensata para los maestros, quienes debemos prepararnos para una
educación postmoderna que le sea útil a aquellos que la llevamos, y enfrentamos
cada día a la que tal vez sea la
germinación de un nuevo paradigma de pensamiento… la libertad, el inmediato, la
locura, qué se yo… la post…..la post-algo.
[i] Raza cósmica: Desde José de
Vasconcelos, entendemos la raza cósmica como el resultado del mestizaje étnico
e ideológico que ocurrió en Latinoamérica, esta implica que el ser
iberoamericano tiene una gran capacidad de evolución por el gran encuentro
ideológico y cultural que se constituye como su identidad.
[ii] Cruce de culturas, es un término
acotado por Mario Díaz, para referirse a los entornos a los que el estudiante
es expuesto en la era postmoderna.
[iii] Proceso de personalización, es
entendido desde Lipovetsky como la condición del ser postmoderno, de ligarse
con algún subgrupo que le permita encontrar un icono de identidad, que al mismo
tiempo construye su individualidad.
BIBLIOGRAFIA
·
Marquinez, Germán. Filosofía latinoamericana.
Ed. El Búho. Bogotá. 2005.
·
Eco, Humberto. La definición de arte. Ed.
Planeta. Bogotá, 1970.
·
Hauser,
Historia social de la literatura y el arte. Ed. Alfaguara.1980
·
Cruz Kronfly. Material de apoyo, Literatura
Hispanoamericana.
·
Heller,
Agnes. Los movimientos culturales como vehículo de cambio.
·
Material
de apoyo, Ética, LA INTELIGENCIA Y EL DESEO.
·
Lipovetsky,
Gilles, La era del vacío.
FELICITACIONES ÁNGELA POR LA INICIATIVA Y EL APORTE A TUS COMPAÑEROS DE LA EDLE - USB.
ResponderEliminarES IMPORTANTE SEGUIRLO COMPLEMENTANDO.